viernes, 8 de mayo de 2020

Un desatino de Granma en la valoración de las PYMES

Sobre el Artículo  La "bondad" neoliberal de los entusiastas consejeros publicado en Granma el 7/5/2020


Ayer en cuanto vi el artículo de Luque Zayas Bazán en "Granma" me sentí bastante indignado. Es inconcebible que se publique un material de tal insensatez en momentos en que se requiere de todos tanto cordura como buenas intenciones. Ese artículo no está bien intencionado.

El escrito que el 8 de diciembre de 2018 circuló Humberto Pérez - uno de los principales exponentes en Cuba del pensamiento económico de la etapa revolucionaria - demuestra hasta la saciedad lo desdichado de esa publicación. No creo que haya sido un error ni una iniciativa aislada de un periodista, resulta evidente que la postura editorial de "Granma" se repite después de dos años de que planteara en esencia lo mismo; ahora lo hace en ocasión de que el Presidente de la República se refiere a la necesidad de adoptar nuevos enfoques en la solución de los problemas haciendo un llamado a cumplir los acuerdos básicos del Partido para el tema económico y en que además el reportaje hecho por una periodista sobre esos planteamientos fuera escamoteado de su publicación oficial para después reaparecer ante el asombro de todos. ¡Vaya coincidencia!

Las posturas avasalladoras siempre provocan rebeldías en su contra. ¿Es que se piensa que acciones como esa pueden pasar inadvertidas? ¿A quién beneficia en última instancia esas posiciones extremistas en contra de los cambios?  ¿Por qué no se le da espacio en la prensa escrita a las opiniones que piden, que demandan, que exigen que se cumplan los más que suficientemente rezagados acuerdos del Partido?

Para finalizar, opino que “Granma” bien podría publicar íntegramente el referido escrito de Humberto Pérez como repuesta al del Sr. Carlos Luque. Solamente así podría dar muestras de la buena fe y amplitud de criterio que son tan necesarios en el momento en que vivimos.

sábado, 16 de noviembre de 2019




ALGUNOS FACTORES SUBJETIVOS EN LA CENTRALIZACIÓN, OPTIMIZACIÓN Y EFICIENCIA DE LA ECONOMÍA.

La centralización busca la optimización global pero compromete la eficiencia local”

Por Sergio Vélez Sánchez             16/11/2019

Mucho se ha escrito y analizado sobre los problemas económicos que actualmente atraviesa nuestro país. Destacados investigadores y profesionales de esta ciencia han presentado sus propuestas para tratar de salir adelante dentro de la actualización del modelo económico analizada y acordada en los últimos congresos del Partido Comunista de Cuba. Casi todos coinciden en recomendar cambios significativos.

Estoy convencido de que nuestra situación actual, en lo fundamental, no es más que una consecuencia obligada de todo el decursar de nuestra economía desde el triunfo de la Revolución en 1959, y además que las recomendaciones emitidas por expertos sobre diferentes aspectos de la economía: los salarios, la doble moneda, la autonomía de las empresas estatales, el papel del sector privado, el monopolio del comercio exterior, etc. tienen todas estas propuestas poca o ninguna perspectiva de ser tomadas en cuenta en tanto se mantengan determinados factores subjetivos de mucho peso. Y no me considero pesimista.

La economía directamente al servicio del estado no existía al triunfo de la Revolución. Todo pertenecía al sector privado. Pero a partir de aquel momento comenzó a crearse un caudal de empresas pertenecientes, o  bajo administración del estado, en sus inicios el origen de este sector al servicio del estado revolucionario comenzó como recuperación de los bienes que fueron malversados por el régimen anterior, después por la reforma agraria, por intervención a los negocios de los desafectos que se marchaban del país, por problemas laborales, y ya a partir de la segunda mitad de 1960 como resultado de las nacionalizaciones e intervenciones de empresas extranjeras y de la burguesía criolla. Vistas esas entidades intervenidas como entidades económicas autónomas sin un carácter centralizado sino totalmente autónomo al servicio del nuevo estado revolucionario puede que haya sido la época de oro de lo que ahora es la empresa estatal socialista.

No obstante las circunstancias objetivas de escasez de recursos materiales y financieros, así como de personal técnico calificado, llevaron al gobierno revolucionario a centralizar todo aquel universo de empresas y a que en consecuencia perdieran su autonomía.

Esta centralización extendió su alcance a la pequeña y pequeñísima propiedad privada cuando la ofensiva revolucionaria en 1967 – ya habíamos pasado también por la segunda reforma agraria en 1963 – todo lo cual pasó a ser patrimonio del estado revolucionario en representación del pueblo de Cuba. La centralización llegó a alcanzar prácticamente la totalidad de la actividad económica del país.

Después del fracaso de la zafra del 70 se comenzó a repensar en cambiar los principios de dirección económica, y ya a finales de la década del 70 se comenzó a implantar el Nuevo Sistema de Dirección de la Economía, copiando en buena medida al modelo soviético y de los países del campo socialista de Europa.

Fue este un momento en el cual, dada la cantidad de recursos de que disponíamos por los pactos con los países socialistas, así como de la cantidad de personal técnico que ya se había formado en dichos países y en Cuba, se pudo haber pasado a una descentralización de la empresa estatal, manteniendo su funcionamiento al servicio del estado, pero con autonomía. Esto se buscó pero no se logró; era reconocido que aun cuando centralmente se hubieran diseñado los mecanismos necesarios para que la empresa estatal funcionara con autonomía (la planificación, los precios, los contratos, el control de la calidad, etc.), por alguna razón los dirigentes locales de las empresas eran incapaces de integrar todos esos mecanismos en favor de la gestión empresarial excepto la disciplina de la planificación – la vedette de la centralización. Aparentemente no se trabajó en insistir para superar estas deficiencias sino que se desestimó el modelo.

¿Fueron los dirigentes locales incapaces de utilizar las nuevas herramientas que se les ofrecían para ser autónomos, o fue que faltó alguna herramienta? El caso es que ya llevábamos 20 años con la economía funcionando de forma centralizada y así continuó hasta principios de los 90 en que sobreviene el derrumbe del campo socialista y el surgimiento del llamado “período especial”. Eran ya 30 años de centralización y comenzó a ocurrir que gran parte de los cuadros en todos los niveles de dirección del aparato estatal estaban formados al calor de la centralización y no conocían ni imaginaban la posibilidad de una empresa con autonomía; temporalmente se adoptó una descentralización hasta el nivel de organismos centrales; en aquél momento aun cuando se hubiera querido descentralizar hasta el nivel de empresa hubiera tenido resultados impredecibles.

En el primer quinquenio de los 90 se trató de descentralizar las empresas estatales agrícolas con las Unidades Básicas de Producción Agrícola (UBPA) y no dio resultado, tuvieron que ser tuteladas por niveles intermedios del Ministerio de Agricultura, quedando prácticamente en la misma o peor situación que anteriormente.
La dirección del país hizo patente su criterio sobre la centralización en los acuerdos del IV Congreso del Partido:

“La experiencia de la construcción del socialismo en Cuba ha demostrado que para garantizar el desarrollo, cuando se dispone de recursos muy limitados y las necesidades sociales acumuladas son enormes, es indispensable centralizar y utilizar de manera racional, óptima y programada esos recursos. Cualquier sistema de organización empresarial en esas condiciones debe partir del principio de que los intereses del país en su conjunto deberán prevalecer siempre sobre cualquier interés particular. La búsqueda de la mayor eficiencia económica de nuestras empresas estatales es indispensable” (Sub-rayado y negrita del autor)

Esto significaba entre otras cosas que la centralización busca la optimización global pero compromete la eficiencia local.

La situación económica actual, aunque no tan grave, es similar a la de aquellos momentos: se dispone de recursos muy limitados, las necesidades sociales (y también las particulares) acumuladas son enormes y se aspira a garantizar el desarrollo. Es evidente que estos criterios siguen vigentes en la alta dirección del país a pesar de haberse acordado matizarlos con la Actualización del Modelo Económico en los congresos más recientes.

No me opongo a que se tengan en cuenta los intereses del país en su conjunto por encima de los intereses locales de una empresa, con lo que no coincido es con que se haga siempre, sería caer en el dogmatismo.

Cito un ejemplo: Muy próximamente dará inicio la “zafra chica”, temprano en diciembre. De sobra es conocido que en ese período del año los rendimientos de azúcar en la caña son sumamente bajos – menos de la mitad que en la época de zafra normal. Esta decisión de la dirección del país de moler temprano puede tener su origen en que las finanzas nacionales necesiten urgentemente captar divisas, por lo que una producción temprana de azúcar puede ayudar en dicho propósito. Pero por otra parte esto redunda en que el central que produzca esta azúcar temprana, en total tendrá una producción menor al tener que moler cañas en un momento en que tiene poco rendimiento en azúcar, y que tendrían más rendimiento en azúcar y más producción en caso de molerse en marzo o abril; de actuar con autonomía el central habría optimizado su plan de molida y sería más eficiente moliendo las cañas cuando tienen más rendimiento en azúcar. A la larga también el país tendría mayor producción de azúcar que moliendo temprano la caña. ¿Estaríamos dispuestos a darle autonomía a esta empresa para que tome sus decisiones en busca de una mayor eficiencia? Alegar que se puede encontrar la eficiencia por otras vías no es más que rehuir el problema.

Por otra parte, con todo el respeto que tengo por nuestros dirigentes ¿Quién puede estar en condiciones de decidir centralizadamente lo que es más conveniente para el país? Los responsables de ello son seres humanos, y se han equivocado antes en no pocas ocasiones al tratar de optar por lo más conveniente para el país, recuérdese – sin abandonar el tema de la industria azucarera – la desactivación inefectiva de buena parte de los centrales azucareros hace alrededor de veinte años: un vivo ejemplo de las devastadoras consecuencias de las malas decisiones centralizadas, lo cual generó que más nunca fuera posible recuperar el vigor y la importancia de este sector económico; otro escenario hubiera sido si aquellas empresas azucareras desactivadas hubieran gozado de autonomía en su gestión.

Sobre la centralización tenemos entonces dos variantes para buscar qué es mejor para la economía del país:

  • -         Que un reducido grupo de dirigentes busque soluciones o genere medidas dentro de un ámbito global para toda la economía – la centralización.
  •  -         O que un grupo amplio de administradores locales busque soluciones eficientes dentro del limitado ámbito sobre el cual trabaja directamente – la descentralización.


En la primera variante quizás se puedan lograr aciertos de mayor alcance, pero los desaciertos han demostrado ser muy costosos, lo que la hace más riesgosa, provocando entonces una tendencia a demorar las decisiones para tratar de reducir los riesgos con todas las consecuencias negativas que tienen esas demoras.

En la segunda variante hay mayor dinamismo en las decisiones, éstas están más cerca del hecho económico, y además el alto número de participantes le da mayor estabilidad al conjunto pues los desaciertos de algunos pueden estar compensados por los aciertos de otros, pero ¿Existe el personal dirigente capaz de hacer funcionar las empresas dentro de un esquema de autonomía? Es muy probable que no, pero pienso que solamente se aprende a tocar el arpa tocando el arpa.

Ocurre otra cuestión: además del efecto que tiene sobre la empresa estatal, la centralización está también presente en la lentitud y poco alcance de las medidas que puedan permitir la acción del sector privado dentro de la economía. Las recientes medidas tomadas a partir del mes de julio de 2018 declaradamente destinadas al perfeccionamiento del Trabajo por Cuenta Propia, no han sido otra cosa que un perfeccionamiento del control del Trabajo por Cuenta Propia, reforzando la centralización que sobre este sector se ejerce más que facilitarle condiciones para que prospere.

Mientras más nos demoremos en tomar la decisión de descentralizar la acción de los actores directos de la economía – sea estatal o privada –  peores van a ser los problemas que normalmente surjan de un cambio de esta naturaleza. Ya llevamos casi 60 años en que la centralización impera en la economía de todo el país y en particular de la estatal y no hemos tenido resultados satisfactorios.

En mi opinión el avance de la economía en Cuba pasa por dos elementos subjetivos:

  • ·      La carencia de cuadros competentes para manejar una empresa estatal con autonomía, riesgo que habrá que correr, porque dentro de nuestro sistema económico y social no hay otra alternativa. 
  • ·      Las concepciones de dirección que impiden el cese de la centralización


Resulta urgente comenzar a trabajar en ambas direcciones.


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sábado, 2 de noviembre de 2019

El Sector Privado como complemento de la economía nacional


EL SECTOR PRIVADO COMO COMPLEMENTO DE LA ECONOMÍA NACIONAL
Por: Sergio Vélez Sánchez - 26 de junio de 2019

Hubo un tiempo – en los primeros años de este siglo – en que se hizo pública la preocupación de la dirección del país en cuanto a que las entidades del sector estatal estaban muy lastradas por el exceso de personal y que eso causaba ineficiencia, bajos salarios, burocratismo, etc. Se hizo un plan, que se cumplió en buena medida, de sacar 500.000 trabajadores excedentes. Por supuesto esto planteaba un problema social y político bastante serio y se optó, entre otras cosas, por dar oportunidad a utilizar un procedimiento que ya venía funcionando con bastantes limitaciones y fue que esos trabajadores desplazados pudieran trabajar por su cuenta – en actividades de servicios casi en su totalidad y también se permitió – con bastantes restricciones – la creación de muy pequeñas empresas dedicadas a la gastronomía. Actualmente la inmensa mayoría de los trabajadores por cuenta propia se dedican a brindar servicios de oficios. También hay un grupo importante que son los arrendadores. Además está el tema de los artesanos que son personas que se dedican a producir cosas, lámparas, muebles, zapatos, etc. por encargo de entidades estatales y proporcionando estas últimas materias primas y materiales para las producciones contratadas.

Todos ellos son vistos oficialmente como trabajadores por cuenta propia, que en el concepto corriente es igual a decir que forman parte del sector privado o “no estatal”, tanto si es una persona que hace limpieza de casas, como si es un servicio de taxis, una fábrica de zapatos, o si es un restaurante. Y en esto hay al menos una diferencia: no es lo mismo el que trabaja por su cuenta con sus propios medios, que el que contrata personal para desarrollar una actividad. Los primeros son trabajadores individuales y los segundos son empresarios privados. Esto es bien diferente. No obstante todos caen en el mismo grupo de sector “no estatal” y tributariamente son trabajadores por cuenta propia.

En el transcurso de su corta vida al comparar las condiciones en que se han desenvuelto la propiedad privada y la estatal, se puede observar que:
  1. ·      El sector estatal recibe sus insumos a precios mayoristas, mientras que el sector privado lo tiene que pagar mayoritariamente a precios minoristas – mucho más elevados.
  2. ·      El sector estatal tiene facilidades para la importación de sus insumos, incluso una tasa de cambio de 1 CUP x 1 Dólar para ello. Al sector privado no se  le permite importar y si lo hace a través de mulas, etc., lo tiene que pagar en dólares que compra a 24 CUP por dólar.
  3. ·      El sector estatal recibe facilidades de financiación y créditos bancarios. El sector privado no tiene esa facilidad.
  4. ·      El sector estatal paga impuestos inferiores al sector privado. Solamente en el caso del impuesto sobre la ganancia del sector estatal y su equivalente en el sector privado, el impuesto sobre los ingresos personales, al sector privado  no se le devuelve el exceso de pagos adelantados sobre la liquidación del impuesto a final del año como se hace con el impuesto sobre utilidades del sector estatal; además los Consejos Municipales le aumentan al sector privado, sin explicación alguna, los pagos adelantados de ese impuesto pues por ley pueden hacerlo sin restricción de ningún tipo.
  5. ·      La adquisición de medios básicos para su actividad es mucho más cara y a veces hasta imposible para el sector privado como en el caso de los medios de transporte.
  6. ·      El sector privado paga salarios muy por encima de los salarios que paga el estado en actividades similares.
  7. ·      El sector privado es mucho más cumplidor que el sector estatal de las regulaciones y ordenanzas de todo tipo, fundamentalmente de las normas sanitarias, y esto debido a que temen que por cualquier motivo por pequeño que sea les puedan retirar la licencia para operar.

Aún a pesar de estas diferencias, el sector privado ha demostrado ser mucho más eficiente que el sector estatal en cuanta actividad se le ha permitido operar, entre otras razones porque en ese sector el que no es eficiente tiene que salir del juego.

Además hay estudios realizados, algunos más conservadores y otros más liberales que le atribuyen al sector privado cubano un volumen alto de inversión en el extranjero. Esto indica un potencial inversionista en los emprendedores cubanos que no se aprovecha por el país.

Creo que el sector privado posee unas potencialidades grandes para contribuir mucho más al avance de nuestra economía y salir de algunos de los problemas que tenemos como es elevar al nivel de vida de la población, aún a pesar del bloqueo.

Podrían tomarse algunas medidas para hacer avanzar al sector privado y por tanto a la economía sin que constituyan concesiones ideológicas. Entre ellas pueden estar las siguientes sin perjuicio de que se puedan proponer otras:

  • ·      Permitir que el sector privado pueda importar medios de producción, materias primas y materiales utilizando sus recursos sin necesidad de usar las escasas divisas que tiene el Estado para su plan.
  • ·      Permitir que también el sector privado exporte producciones sin trabas burocráticas.
  • ·      Permitir que los cubanos poseedores de dinero dentro del país no sean discriminados por razón de su nacionalidad y puedan invertir en el sector estatal al igual que lo hacen los inversores extranjeros.
  • ·      Abrir el diapasón de las actividades que realiza el sector privado hacia la producción industrial, el transporte y la construcción y no limitarlo a los servicios y algunas producciones artesanales.
  • ·      Permitir la compra o arriendo por plazos largos de terrenos donde instalar los negocios del sector privado sin necesidad de usar viviendas personales para este fin.
  • ·      Permitir la existencia de una banca privada que pueda financiar al sector privado, ya que la banca estatal no tiene los recursos ni está destinada para ello.

Las medidas de recrudecimiento del bloqueo de la administración yanqui han tenido también un fuerte impacto sobre el sector privado y esto se ha reflejado en la prensa y en declaraciones de dirigentes nuestros y esto ha permitido que la población en alguna forma se sensibilice con relación a este sector el cual se ve afectado por esas medidas al igual que el resto del país.

Teniendo en cuenta la visión que ahora pueda tener la población de que los que forman parte del sector privado son también cubanos víctimas del abuso yanqui, quizás sea este un momento oportuno, de hacer uso del sector privado cubano para sin más demora quitar trabas que innecesariamente lo frenan y que ese sector también ayude en el enfrentamiento a los complejos y difíciles problemas de nuestra economía.



Prohibición de la Importación del CUC


PROHIBICIÓN DE LA IMPORTACIÓN DEL CUC
Por Sergio Vélez.          31/10/2019
Recientemente se publicó en la Gaceta Oficial No. 21 Extraordinaria de 16 de octubre de 2019 la Resolución Nº 276 del Banco Central de Cuba (B.C.C.) que prohíbe la importación de CUC a partir del 15 de noviembre próximo.
Anteriormente la Resolución Nº 18 del 1 de marzo de 2012 regulaba este aspecto en forma muy similar a la Resolución 276 y fue derogada por ésta. No obstante las diferencias entre ambas son:

  • ·       La antigua Resolución 18 prohibía solamente la exportación, pero no la importación de los CUC, pero ahora en la nueva Resolución 276 se prohíbe tanto la exportación como la importación. Este es el aspecto más importante de la nueva Resolución 276: que se añade la prohibición de importar CUC.
  • ·       Otro aspecto diferente de la nueva resolución 276, es el que se refiere a la posibilidad de importar o exportar hasta 2.000 CUP a cualquier persona que entre o salga del país. En la antigua resolución esto no se aplicaba a los extranjeros ni a los cubanos residentes fuera del país ya que incluía solamente a los cubanos domiciliados en el país y a los extranjeros residentes permanentes. La nueva Resolución incluye a todos los pasajeros en la regulación.
Como señalaba más arriba lo más importante de la nueva resolución es que añade la prohibición de entrar CUC al país.
Puede que exista preocupación en algunas personas por el hecho de que antes de la nueva resolución no se prohibía importar los CUC, es cierto, pero no creo que nadie pueda tener razón en reclamar que tiene CUC en el extranjero y que quiere traerlos de nuevo al país basándose en que hasta esta fecha nada les prohibía importarlo. De ser así entonces se hace reo de la prohibición que siempre ha existido de exportarlo, puesto que Cuba es el único origen de los CUC y si esa persona los tiene es debido a que se violó por alguien la prohibición de exportarlos.
Es de sobra conocido que existe fuera de Cuba, un mercado de CUC con diversas modalidades y que es ilegal. Por ejemplo existen “agentes” que reciben de los residentes en el exterior dólares para remitirlos en forma de CUC a sus familiares, Y uno se pregunta ¿De dónde salieron esos CUC si su exportación desde Cuba está prohibida? Y está prohibida desde hace más de siete años cuando se puso en vigor la antigua Resolución 18/2012.
Esta situación del mercado de CUC fuera de fronteras indudablemente afecta seriamente la entrada de dólares al país, ya que en vez de dólares entran los CUC los que en la práctica, por las razones que sea y que se han analizado ya en estos días por diversos especialistas, en la práctica tienden a devaluarse.
Tengo el criterio de que esta medida va orientada en lo fundamental a ese objetivo: reducir al mínimo el tráfico ilícito de CUC que impide la entrada de divisas al país. Gracias a esta regulación será posible empezar a desmontar este desvío de divisas a partir de 15 de noviembre. Este objetivo no está declarado en la Resolución 276, sino que aparecen otros que también son válidos e importantes pero teniendo en cuenta los antecedentes de las otras medidas que viene aplicando recientemente el Gobierno para aumentar la recaudación de divisas, resulta claro imaginar que este sea el motivo de fondo de la resolución, lo cual sería acertado.
Sin embargo no existe en la prensa oficial de Cuba ningún comentario al respecto.
Se han hecho muchas estimaciones sobre la cantidad de dólares que entran al país por la vía de las remesas, pero cualquiera que sea su volumen es un hecho que a partir del tráfico de CUC que ocurre en el extranjero, una parte quizás no despreciable de esas remesas entran en forma de CUC y no le resuelven ningún problema a la economía en Cuba.
Confiemos que para el debido cumplimiento de este empeño nuestro sistema de aduanas tenga ya antecedentes de los pasajeros que se dedican a éste tráfico y de cualquier otra circunstancia que pueda surgir para evadir el cumplimiento de esta resolución a fin de que se pueda cumplir la misma cabalmente para bien del país.

Un desatino de Granma en la valoración de las PYMES

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